Misiones Jesuíticas de Chiquitos y el Parque Tucavaca en el bosque seco chiquitano

A finales de 1600 comienza en Bolivia la creación de las llamadas Misiones Jesuíticas que tuvieron como finalidad la evangelización de la población indígena. Uno de los elementos utilizados para la evangelización fue la música que tuvo una gran acogida entre los lugareños y que se ha desarrollado hasta nuestros días dejando un legado único y exquisito. Las Misiones Jesuíticas encontraron en estas tierras una población con grandes aptitudes para la música.

En 1767 los jesuitas fueron expulsados de América y la decadencia de su labor fue inmediata en Argentina, Paraguay y Brasil; en Bolivia, sin embargo, la obra se mantuvo y se desarrolló por generaciones hasta la actualidad por lo que en 1991 las Misiones Jesuíticas fueron declaradas Patrimonio Artístico y Cultural de la Humanidad.

Visitar las Misiones Jesuíticas es llegar a un mundo de cultura viva y naturaleza exuberante en perfecta simbiosis, es viajar a través de los siglos viviendo un poco la utopía que indígenas y jesuitas forjaron en medio de la selva boliviana en el siglo XVIII. Usted encontrará excelentes talladores de madera, artesanos que manejan el pan de oro, fabricantes totalmente artesanales de violines y otros instrumentos musicales, pero lo que más llama la atención son los músicos. Usted puede pasear por estos pueblos remotos y escuchar la melodía de la música barroca de un violín saliendo de una casita de barro y techo de palma: es un niño el que toca. Las Misiones Jesuíticas son los pueblos de los niños músicos.

Cada dos años se celebra en esta zona un concierto de música renacentista y barroca que reúne a los mejores intérpretes de la zona y del exterior. Pero si no tiene la suerte de poder coincidir en esas fechas siempre podrá disfrutar de un mini concierto de violín preparado exclusivamente para Usted.

Nuestro consejo es que afronte estas experiencias como una unidad, en un único viaje a fondo que le permita llevarse consigo toda la diversidad de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos y del bosque seco chiquitano en una experiencia sin par.